jueves, 15 de abril de 2010

Feria de Sevilla.- MI RESPETO A ANTONIO BARRERA

Se suele decir en muchas ocasiones que los que saben tocar la guitarra, no saben hacerla, esperemos no sea el caso de Cesar Rincón, un torero que como todos sabemos fue capaz de salir cuatro veces el mismo año por la puerta grande de Madrid, un torero que vino de America sin conocerlo nadie y las primeras oportunidades que tuvo en España, se encumbró en lo mas alto del escalafón, el único “secreto” que tenía era las reglas principales del toreo las que hoy se ven muy escasas veces, darle distancia a los toros, traerlos toreados y bajarles la mano, “simplemente” con eso consiguió triunfar en las principales ferias de España.
Actualmente es dueño de dos ganaderías una en su tierra Colombia “Las Ventas del Espíritu Santo” en recuerdo a esa plaza que lo lanzó en figura del toreo y la otra en España la del Torreón, que fue la que se lidio ayer en Sevilla y la que pasó por el ruedo maestrante con más pena que gloría, ya que de los cinco toros que se lidiaron pues uno se rompió un pitón de salida y tuvo que ser devuelto a los corrales saliendo en su lugar uno del Conde de la Maza; tan solo el segundo que correspondió a Luis Bolívar fue un toro que se debió ir al desolladero sin las orejas, tuvo 15 o 20 muletazos para haber bordado el toreo, pero se ve que el colombiano acostumbrado a platos más duros no supo digerir una tapita de caviar y perdió una gran ocasión para coger fuerza en los despachos; el tercero también tuvo calidad pero poca fuerza por lo que Salvador Cortes no acabó de romper pese a la voluntad que puso toda la tarde pues las dos veces se fue a porta gayola a recibir a los dos del Torreón, el resto de sus hermanos sin fuerza sin casta y sin transmitir nada; así que me imagino que Cesar Rincón al termino del festejo no le quedarían muchas ganas de irse de copas por esas bonitas calles de Sevilla.
A partir de aquí; mi respeto y mi admiración por un torero sevillano, que ni es de los olvidados ni de los que están arriba, que sabe que su paso por las ferias depende de las corridas duras, que pocas veces tiene sitio en los banquetes de los elegidos, pero que él sigue luchando y soñando que llegue el día de verse anunciado en carteles de lujo, estamos hablando de Antonio Barrera que ayer con su padre en el tanatorio, (había fallecido la noche anterior), tuvo agallas con el corazón herido y el alma llena de pena de enfundarse el traje de luces y hacer el paseíllo en Sevilla; solo los que han pasado por ese trance saben lo que se pasa en esos momentos. No vamos a hablar si estuvo mejor o peor, cierto que no tuvo suerte ni con el de el Torreón ni con el sobrero del Conde la Maza, pero tuvo la dignidad, la valentía y el respeto, de dejar de velar a su padre para irse a la Maestranza a brindar su primer toro al cielo, para decirle que en la tierra ha dejado un torero.

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