Se llama Carlos Arribas Carretero y nadie podría imaginar que detrás de esa sobria apariencia de trabajador ejemplar se esconde una magnifica persona y uno de los pocos aficionados que te puedes encontrar en los tiempos que corren; lo conocí siendo un chiquillo cuando lo veía por las plazas de toros cercanas a nuestra localidad con apenas 12 o 13 años y sus padres pese a no ser aficionados tenían que llevarlo; aunque nuestra amistad empezó cuando todavía no había cumplido los 15 años y se incorporó a la Peña Taurina de Casasimarro.
He de confesar que pese a los años que le llevo (pues tiene los mismo años que mi hija Triana) me encanta hablar de toros con él, entre otros motivos por lo que se aprende de toros; amamos las mismas cosas aunque las digamos con distinto tono, es un amante de las corridas serias donde sale el toro-toro independientemente del cartel de toreros que sea, es decir, de la verdad de la fiesta, es amante del toreo de arte (no de los pegapases), pues no se me olvida cuando un día me contaba el festival que se le hizo en Madrid a Rafael de Paula; como lo vivía cuando me comentaba que Rafael de Paula al dar el paseíllo salió de paisano al ruedo de las Ventas con un sombrero cordobés a saludar a la afición, con ese empaque y esa torería que siempre ha tenido el gitano de Jerez.
Últimamente llevamos tiempo sin vernos, él está en la flor de la vida y yo estoy a punto de echarme aunque ya sabéis que los toros con casta nunca se echan, por lo que volveremos a vernos y a cenar juntos todavía más días que corridas ha toreado el Fandi.
Últimamente llevamos tiempo sin vernos, él está en la flor de la vida y yo estoy a punto de echarme aunque ya sabéis que los toros con casta nunca se echan, por lo que volveremos a vernos y a cenar juntos todavía más días que corridas ha toreado el Fandi.
Hoy me enviaba por correo esta foto suya, me imagino que estaréis diciendo ¡vaya vaquilla! delante de eso se pone cualquiera, y es cierto, delante de eso se pone cualquiera; pero estoy seguro que muy pocos sentirían lo que en esos momentos él sintió.
Con permiso de mi amigo Carlos voy a aprovechar para los que no estén muy puestos en este tema vean dos de los defectos que tiene la foto y que hoy en día es común verlo en cualquier plaza de toros y a la mayoría de los toreros: el estaquillador (palo que sujeta la muleta) se debe coger del centro, no de una orilla y la mano izquierda no debe estar en jarras apoyada a la cadera, pues lo lógico es dejar caer el brazo con naturalidad. Con el brazo en la cadera, el pase ya es engarrotado, y el toreo es todo lo contrario
En fin Carlitos no me voy a extender más, aunque por mucho que escribiera, los que te conocen saben que no podría ser nada malo lo que se dijera de ti; y ya que tú me has aconsejado tanto de toros, permíteme por si un día decides buscar una mujer para ti, decirte que una mujer puede ser la salvación ó la perdición de un hombre; “Tragabuches”, un torero famoso que luego se hizo bandolero, al apuñalar al amante de su mujer, cantaba una copla que decía: “Una mujer fue la culpa de la perdición primera / no hay perdición de los hombres que de mujeres no venga”. . .
Quiero terminar con una frase de Miguel Hernández, que viene como anillo al dedo, con el deseo de vernos pronto; pues tenemos que hablar de tantas cosas compañero del alma, compañero.
Con permiso de mi amigo Carlos voy a aprovechar para los que no estén muy puestos en este tema vean dos de los defectos que tiene la foto y que hoy en día es común verlo en cualquier plaza de toros y a la mayoría de los toreros: el estaquillador (palo que sujeta la muleta) se debe coger del centro, no de una orilla y la mano izquierda no debe estar en jarras apoyada a la cadera, pues lo lógico es dejar caer el brazo con naturalidad. Con el brazo en la cadera, el pase ya es engarrotado, y el toreo es todo lo contrario
En fin Carlitos no me voy a extender más, aunque por mucho que escribiera, los que te conocen saben que no podría ser nada malo lo que se dijera de ti; y ya que tú me has aconsejado tanto de toros, permíteme por si un día decides buscar una mujer para ti, decirte que una mujer puede ser la salvación ó la perdición de un hombre; “Tragabuches”, un torero famoso que luego se hizo bandolero, al apuñalar al amante de su mujer, cantaba una copla que decía: “Una mujer fue la culpa de la perdición primera / no hay perdición de los hombres que de mujeres no venga”. . .
Quiero terminar con una frase de Miguel Hernández, que viene como anillo al dedo, con el deseo de vernos pronto; pues tenemos que hablar de tantas cosas compañero del alma, compañero.