miércoles, 3 de noviembre de 2010

Adrián Gómez.- Hasta siempre torero.

Su nombre no estuvo colgado en carteles de ferias de lujo, a él nunca lo esperaban a la entrada o salida de un hotel los días de corridas, de él no se hicieron eco los telediarios ni la prensa del corazón.
Adrián vivió su ilusión de ser figura del torero, hizo sus pinitos como novillero, pero cuando vio que los años se le echaban encima, tomó la decisión más dura y difícil de su vida, cambiar el oro por la plata.
Así se ganaba la vida y mataba ese gusanillo que ningún cirujano es capaz de extraer del cuerpo; iba de tercero en la cuadrilla de cualquier chaval que lo llamaba, de pueblo en pueblo, ganando honradamente su dinero y acumulando boletines de la seguridad social a cambio de miedo, para poder disfrutar junto a Sandra su mujer de una jubilación digna.
Encontró su gloria como banderillero en la cuadrilla de "El Fundi", para él fue un sueño hacer esos paseíllos en Madrid, Sevilla, etc. Pero la tarde que su matador no toreaba aprovechaba para ir con cualquier novillero que lo llamara, tenia una familia e indudablemente había que sacarla adelante.
El destino quiso que un 23 de Junio de 2008 se anunciara en Torrejón de Ardoz a las ordenes del novillero Miguel Luque, y fue esa fatídica tarde cuando un novillo de Antonio San Román, le lesionara la medula produciéndole una tetraplejia.

Desde ese día su vida ha dependido de una silla de ruedas, del cariño de su mujer y sus compañeros, que no dudaron en volcarse en su ayuda,."El Fundi" no tardó en organizarle un festival en Vista Alegre para recaudar fondos, y estoy seguro que ese día Vista Alegre hubiese necesitado veinte patios de cuadrillas para dar cabida a todos los profesionales que deseaban ayudar a Adrián.
Lamentablemente el dinero hay cosas que no puede arreglar, y desde esa nefasta fecha Adrián se vio obligado a dejar los vestidos de torear, los capotes y los viajes en los coches de cuadrilla, quedándole lo que el toro no le pudo quitar, el cariño y la compañía de Sandra.
Comentaba en su ultima entrevista que se le hizo, que lo que más le dolía, era cuando por las mañanas su hijo iba a la cama a darle un beso y él no podía abrazarlo, seguramente se quedaría con las lagrimas en los ojos viendo a su hijo salir de casa, esas mismas lagrimas que hoy han derramado sus compañeros dándole el ultimo adiós en el cementerio de la Almudena de Madrid; su estado físico no pudo aguantar la ultima “cornada” de la neumonía que hace días le habían diagnosticado.
Ayer en el hospital 12 de Octubre de Madrid, daba su ultimo paseíllo a la gloria para encontrarse con su compañero José Cubero “Yiyo”, que seguro que en su cuadrilla tiene un puesto para Adrián.

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