lunes, 28 de junio de 2010

A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar

No me voy a extender demasiado en el post de hoy, pero sé que si no doy mi opinión sobre el festejo de ayer de Las Ventas con la presencia de Frascuelo, tal vez algunos piensen que quiero tapar los que algunos llaman una desastrosa tarde de este veterano torero.
Pues bien, es cierto que Frascuelo no tuvo su tarde, que las cosas no rodaron como él sueña, que no pudo hacer salvo en muy contadas ocasiones ese toreo que tan escasamente se ve a lo largo de la temporada, que no pudo demostrar a mucha gente su injusta no inclusión en la feria de San Isidro; estamos de acuerdo.
Pero también debemos estar de acuerdo que lo que salio por los chiqueros de Las Ventas era una autentica basura, tanto el del Navalrosal como los cinco de Charro de Llen, todos debieron ir al matadero sin pisar una plaza de toros. En esto creo que debemos estar de acuerdo.
Ya sé que su edad que ronda los 62 años no sea la más apropiada para enfundarse un vestido de torear, que las facultades con el paso de los años van pasando factura; que el torear en muy escasas ocasiones, te hace perder la confianza. También en esto estamos de acuerdo.
En lo que respeto pero no comparto mi opinión, es en algunas criticas que he leído en las cuales califican como vergonzosa su actuación y contar con el favoritismo de Madrid.
Madrid sabe lo que vio y lo que ve; y Madrid sabe que ver torear con el pecho por delante, con empaque, con chulería, con gusto, con sabor, no está al alcance de todos los que se visten de luces y terminan la temporada con 80 festejos.
Tan solo en su segundo en el inicio de faena, con tan solo cuatro muletazos, demostró esa torería añeja que le debe servir para volver a la catedral del toreo.

1 comentario:

  1. Siempre he estado convencido que en el toreo la edad ha sido algo secundario. Cierto es que no es lo mismo un torero veinteañero que uno que ya pinte canas, pero casualmente, el sabor, el aroma y la torería siempre han sido de los veteranos en un 90 por ciento. Yo en concreto disfruto tremendamente cuando veo algún festivalito en el que participan matadores retirados. Frascuelo es un caso por el estilo. Tiemblo más con uno de sus muletazos que con cincuenta de muchos otros. El mismo Antoñete dice en muchas ocasiones que si tan sólo pudiera girar quizá todavía se pondría delante. En fín... El toreo es de locos... Eso sí, bendita locura.

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