Llevaba un año sin acercarme por la plaza de toros, había oído los diversos arreglos que en ella se habían hecho. No le dí mayor importancia, pues todos los años al llegar estas fechas, cuando llegan las fiestas, tiene el ayuntamiento por costumbre, reparar los estragos que las lluvias, el frío y la nieve del invierno le ocasionan dada su avanzada edad, pues es fácil, si no los pasa, sean cerca de 80 años los que lleva aguantando los duros inviernos de esta localidad.
Vive en soledad todo el año, con la única compañía de la ermita del Cristo de la Fe, esperando llegue el 24 de Agosto para ser la protagonista de la localidad, como la novia que espera ansiosa el día de su boda sabiendo que todas las miradas irán hacia ella.
Son ya varias generaciones las que el día grande de las fiestas se han levantado con la ilusión y la alegría de subir a la plaza, volver a verla como a un amigo que llevas un año sin ver y esperar que llegue el camión de los toros para ver el desembarque, sabiendo que vas a estar al sol, esperando a que lleguen las cuadrillas de los toreros, los veterinarios, guardia civil etc. Para empezar a poner los tableros que unen el camión con el suelo de la plaza para que bajen los novillos; esto lleva su tiempo, pero también tiene su encanto.
Empezaba diciendo que esta mañana he ido a verla y cual ha sido mi sorpresa al entrar por el patio de cuadrillas y asomarme al ruedo, parecía otra, parecía tener más alegría y no es que pareciese, es que tenia más belleza, al igual que el vino con los años va mejorando.
Han sido reformados los asientos de las localidades de los tendidos, ha sido pintada la pared del ruedo, se ha limpiado y arreglado la subida a los tendidos de sol, y por supuesto las paredes exteriores de la plaza que este duro invierno había hundido.
Estando viéndola ha llegado un buen amigo y uno de los mejores aficionados de esta localidad, como dejó patente en su paso los años que fue presidente de la Peña Taurina; efectivamente coincidíamos los dos, en lo bonita y coqueta que estaba; es una plaza que canta historia, que tiene un sabor añejo y que tiene algo indescriptible.
Me comentaba este aficionado (omito su nombre por petición suya) que solo le falta subir las paredes del exterior, adornándolas con la decoración típica de las plazas de toros; y en el solar que hay junto a los aseos, es decir, en la entrada a los tendidos de sol, hacer una puerta a la calle para desembarcar todos los novillos en este apartado, para que el público placidamente puedan verlos todos juntos desde los tendidos de sol antes de ser enchiquerados, y al mismo tiempo las cuadrillas puedan hacer los lotes para el sorteo de los mismos más cómodamente.
Una vez realizado el sorteo y por el callejón donde se venden las entradas de sombra pasarlos a sus respectivos chiqueros, cortando con tableros provisionales parte del patio de cuadrillas para que esta labor se realizase más fácilmente.
Pienso que es bastante acertada la opinión de este aficionado y debería tenerse en cuenta, por los que están velando año tras año por mantener lo que otros muchos pueblos desearían.
Sería una pena que un año llegase una plaza portátil y le pusiéramos los cuernos abandonándola, dejando en el olvido esas mañanas del 24 de Agosto con la que varias generaciones han empezado las fiestas disfrutando de su encanto y solera.
Tenemos una plaza que ya forma parte de la historia de nuestro pueblo y que como tu bien dices no debemos abandonarla sino restaurarla poco a poco para que pueda con el paso de años seguir ahi con nuestras fiestas y nuestra gente.
ResponderEliminarBien sentido homenaje a una plaza que ha visto y deberia seguir viendo muchas tardes de fiesta en nuestro pueblo.