lunes, 10 de mayo de 2010

San Isidro.- Cuando las cosas se tuercen. . . .

La tarde del Sábado, era propicia para cualquier cosa menos para ir a los toros, el tiempo amenazaba con estropear la tarde, cuando el publico se dirigía a la plaza, llovía constantemente, llegaba el metro a la estación de Ventas y la gente se quedaba dentro de la estación para esperar haber que pasaba, pero como nunca hay feria mala los puestos que hay situados en la explanada de la plaza, hacían su Agosto con la venta de chubasqueros o de paraguas, esos fueron los verdaderos triunfadores de la tarde; porque lo que había encerrado en los chiqueros la verdad no merecía la pena que saltasen al ruedo; los toros para la finca y el publico a sus casas, al calorcito de la tele para ver como el Madrid goleaba al Bilbao, pero lamentablemente para los seguidores madridista el Sevilla era incapaz de ganar al Barcelona.
Después de esperar estar toda la tarde liado con un chubasquero y tapado con un paraguas, a la hora del comiendo del festejo, las nubes desaparecieron y dejaron paso a una tarde que el más optimista no esperaba.
Pero si la cosa se había arreglado por un lado; los cuatro toros de Antonio Bañuelos y los dos de Hrdos. De José Luis Osborne estropearon definitivamente la tarde; sosos, flojos, sin emoción.
Confirmaba la alternativa Javier Cortes, que se había doctorado hace escasos meses en la feria de invierno de Vistalegre donde causó una grata impresión, pero amigos aunque las dos plazas están en Madrid hay mucha diferencia de una a otra, estuvo toda la tarde muy voluntarioso, con ganas de agradar, pero tiene un toreo moderno como la mayoría, luego tendrá que ponerse en la cola hasta que le toque, de todas formas con la edad que tiene 21 años no debe desesperarse.
Le confirmó la alternativa Uceda Leal, un torero con gusto pero que no acaba de disparar, algún detalle suelto y poco más, hizo que saliese de la plaza para seguir esperando la siguiente oportunidad.
Completaba el cartel el salmantino El Capea, fijo todos los años en esta feria no por meritos propios, pero ya saben el refrán de “el que tiene padrino se casa”, una vez más dejo muestra de que de momento no debía de venir a Madrid.
Al final el publico madrileño decepcionado se marchó a casa sin esperarse a que se retiraran las cuadrillas, pues les estaba esperando la tele para ver al Madrid y la radio para oir lo que pasaba en Sevilla con el Barcelona; y tampoco pudo ser; alguno pensaría hay días que aunque no me hubiese levantado de la cama. . . . . .y precisamente este fue uno de ellos.

1 comentario:

  1. Hay que esperar a Javier Cortés. Creo firmemente que va a funcionar. Me gusta cómo le baja la mano a los toros, con esa muletita rastrera casi a ras de suelo. Y eso gusta. Y más en Madrid. Pero también tiene la manía de pegar el muletazo en línea recta casi siempre. Demasiado diria yo. Cuando coja el aire de llevárselos a la cadera la cosa va a cambiar.

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