Los que siguen este blog saben que en varias ocasiones, hemos hablado de dos novilleros con muchísima proyección, que se salían de circulo de pegapases, de esa cantidad de novilleros que salen de las escuelas pegando derechazos y naturales y de espaldas no sabes distinguir uno de otro; nos estamos refiriendo al francés Tomasito y al salmantino Juan del Álamo.Los dos la temporada pasada ya dejaron su tarjeta de visita, de que no eran unos más, que tenían personalidad, valor y ganas de ser toreros, por eso al verlos anunciados juntos en San Isidro en la misma novillada, era uno de los carteles con mas atractivo que se podían dar en esta larga feria.
Los dos hicieron el paseíllo junto a Miguel de Pablo, un chaval jovencísimo, no había cumplido los 17 años, pero muy nuevo para venir a Madrid. Los tres tuvieron que enfrentarse a cuatro novillos de Carmen Segovia, de escasísimo trapío para esta plaza y dos de Torresgallego mejor presentados.
Juan del Álamo ha cogido la cabeza de los novilleros y no está dispuesto a dejarla, hay mucha diferencia entre él y el resto de compañeros, en Madrid volvió a demostrar porque ahora mismo es el líder de los novilleros, en su primero estuvo francamente bien tanto con el capote como con la muleta, le bajó la mano, se colocó en el sitio y le dejo la muleta puesta en la cara para hilvanar los muletazos, tiene gusto, personalidad y valor, está llamado a recorrer todas las ferias importantes de la geografía española; en su segundo un novillo no presentable para Madrid, soso con la cara arriba, buscando por los dos pitones solo pudo hacer que matarlo de una gran estocada, resultando cogido sin consecuencias, pero este es el camino para ser figura del toreo.
En honor a la verdad, yo personalmente si esperaba más del francés Tomasito, me ilusionó la temporada pasada cuando estuvo en Las Ventas, se le veía distinto, con ganas de arrollar, en plan novillero, daba la sensación de que venía a acabar con todo; cierto es que fueron a parar a sus manos el peor lote de la tarde, que el aire le perjudicó, que a su segundo novillo se le dio una lidia malísima y que quizás venía con más responsabilidad; habrá que volver a verlo para ver si es el Tomasito que ilusionó a la afición o el Tomasito que hemos visto este San Isidro. No obstante es de los que no hay que perder de vista.
Cerraba la tarde Miguel de Pablo, un novillero muy joven y muy nuevo para estos compromisos, tuvo en el que cerraba plaza un novillo de Torresgallego que se dejó pero el aire y la inexperiencia dejaron todo en nada, debe placearse y volver a Madrid cuando haya sumado varias novilladas más
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